- La recuperación de Faladoira es un relato de negligencia y renovación en el muelle de Vilanova
Hace más de una década, la Consellería de Pesca cedió a la cofradía de Vilanova una embarcación llamada Faladoira, destinada a labores de vigilancia y protección de los recursos marinos. Con once metros de eslora, cuatro de manga y unos 7.000 kilos, este barco se convirtió en un activo invaluable para la comunidad pesquera local. Durante un tiempo, cumplió su función de manera ejemplar, patrullando las aguas y velando por el bienestar de los pescadores y el ecosistema marino.
Sin embargo, el destino de Faladoira tomó un giro sombrío cuando una avería la dejó inoperativa. A partir de ese momento, la embarcación quedó amarrada en el puerto de Vilanova, condenada a un lento deterioro que la convirtió en un símbolo de abandono y desolación. Los años pasaron, y Faladoira se convirtió en más que un simple barco varado: se transformó en un triste recordatorio de la negligencia y la falta de atención hacia los recursos pesqueros locales.
El paso del tiempo y la exposición a las inclemencias del clima marino no hicieron más que empeorar la situación de Faladoira. La embarcación, que una vez fue un orgullo para la comunidad pesquera, se convirtió en un cascarón vacío, despojado de todo valor material y funcional. Los saqueadores hicieron acto de presencia, despojando a Faladoira de cualquier objeto de valor que pudiera haber quedado a bordo. Lo que antes fue un símbolo de protección y seguridad, se convirtió en un desolador basurero flotante.
Las quejas y denuncias de las autoridades locales y regionales no tardaron en llegar. La Xunta expresó su preocupación por el estado de abandono en el que se encontraba Faladoira, instando a la cofradía de pescadores a tomar medidas para remediar la situación. Sin embargo, la falta de recursos y la complejidad del problema hicieron que la embarcación siguiera languideciendo en el puerto, sin que nadie pareciera dispuesto o capaz de hacerse cargo de ella.
Finalmente, después de años de espera y desesperación, llegó un rayo de esperanza para Faladoira y la comunidad pesquera de Vilanova. Este lunes, un vehículo especializado llegó al puerto para retirar la embarcación y llevarla lejos de su triste destino. Para los miembros de la cofradía, fue un momento de alivio y liberación, ya que la presencia de Faladoira se había convertido en una carga emocional y logística para ellos.
Se dice que la embarcación fue adquirida por una empresa interesada en su recuperación, aunque pagó una cantidad mínima por ella. Aunque el valor monetario puede haber sido modesto, para la cofradía de pescadores de Vilanova, el hecho de deshacerse de Faladoira representó un gran alivio. Por fin, podrían dejar atrás una página oscura en su historia y mirar hacia un futuro más prometedor, donde la negligencia y el abandono ya no tengan cabida en su puerto.