- Cuatro tripulantes del pesquero El Cañavera son rescatados tras un hundimiento fulminante en aguas de Cedeira, gracias a la rápida intervención de sus colegas.
La tarde en la costa de Cedeira, tranquila en apariencia, se convirtió en una escena de emergencia cuando El Cañavera, un volantero con base en este puerto coruñés, comenzó a hundirse a solo 1,3 millas de Punta Candieira. A las 15:29 horas, los cuatro tripulantes alertaban a Salvamento Marítimo de una vía de agua que anegaba el pesquero sin remedio. Apenas veinte minutos después, estaban sanos y a salvo en el Brisas de Cedeira, otro volantero que respondió al llamado de socorro con rapidez y determinación.
Ángel González, patrón del Brisas de Cedeira, relató los tensos minutos que separaron la alerta del rescate. “Escuchamos la llamada por la radio costera y estábamos prácticamente al lado, a diez minutos. Cuando llegamos, el barco estaba semihundido, solo quedaba la proa fuera del agua. Ellos ya estaban en la balsa salvavidas”, explicó González tras atracar en el puerto cedeirés.
El desenlace fue fruto de la experiencia y la solidaridad que reina en el mar. “Estamos acostumbrados. Cuando un compañero pide auxilio, dejamos todo y colaboramos con Salvamento”, señaló el patrón del Brisas de Cedeira, que ya ha participado en otros rescates.
El operativo de Salvamento Marítimo movilizó al helicóptero Helimer 401, a la Salvamar Shaula y a la lancha Condesa Pardo de Bazán, de Cruz Roja. Sin embargo, fueron los propios marineros de Cedeira quienes lograron salvar a los náufragos antes de que el pesquero desapareciera por completo. A última hora del día, la Salvamar Shaula permanecía en la zona recogiendo restos del barco semihundido y lanzando avisos a la navegación.
Las causas del siniestro siguen siendo un misterio. Fuentes de Salvamento indicaron que el patrón de El Cañavera informó de que no podían controlar la vía de agua, pero aún no se han esclarecido las circunstancias en que se produjo. Las decisiones sobre el futuro del pesquero, si no termina en el fondo del mar, se tomarán en las próximas horas.
Mientras tanto, los cuatro tripulantes intentan reponerse del susto, recordando que, aunque el mar es impredecible, la hermandad entre pescadores puede marcar la diferencia entre la tragedia y la salvación.