- Tres tripulantes fueron rescatados por otra embarcación que se encontraba cerca
- El accidente ocurrió temprano cuando el Antepazo 2 se disponía a iniciar su jornada laboral
Un incidente en la ría de Vigo dejó un barco mejillonero hundido en la localidad de Moaña. El suceso ocurrió alrededor de las 7:00 de la mañana cuando el Antepazo 2, una embarcación auxiliar dedicada a labores de apoyo en las bateas de mejillón, estaba a punto de comenzar su jornada. Según las primeras informaciones, el barco chocó contra una batea, lo que provocó una importante entrada de agua. Los tres tripulantes intentaron abandonar la embarcación, pero esta comenzó a hundirse rápidamente, lo que les obligó a saltar al mar.
Por fortuna, una embarcación cercana que también se preparaba para faenar en la misma zona, a aproximadamente un kilómetro del puerto de Moaña, acudió al rescate tras oír los gritos y ver los chalecos salvavidas de los tripulantes en el agua. Gracias a la rápida intervención, los tres hombres fueron evacuados sin sufrir daños graves.
Ramiro Gil, uno de los rescatistas, comentó sobre la gravedad de la situación: «Con un agujero tan grande en la proa, el barco se fue a pique en muy poco tiempo. Afortunadamente estábamos cerca, a solo unos metros. En esas condiciones haces lo que puedes, pero estaba muy oscuro y el viento del norte complicaba las cosas; si se tarda más, el mar se los lleva. Además, el agua estaba muy fría, y la hipotermia podía haber sido un problema grave», afirmó Gil. Él y sus hermanos, Juan y Francisco, iban a bordo del barco que acudió en auxilio del Antepazo 2.
Según relataron, inicialmente vieron destellos en el agua y una especie de neblina que no lograron identificar debido a la falta de luz. Fue al acercarse cuando escucharon las voces de auxilio y aceleraron para socorrer a los náufragos. «Los tres se lanzaron al agua, aunque uno quedó atrapado por un momento», explicó Gil.
Posteriormente, una tercera embarcación, con familiares de los tripulantes del Antepazo 2, se acercó para trasladarlos a tierra firme. Mientras tanto, el barco de Ramiro y sus hermanos se encargó de recoger los objetos flotantes, como palés y otros restos, para evitar que obstruyeran la navegación en la zona.