Remolcado un pesquero frente a Langosteira sin máquina

  • El pesquero Francisco Javier Uno quedó a la deriva cerca de Punta Langosteira y fue remolcado por Salvamento Marítimo hasta el muelle de Oza en A Coruña.

Emergencia a una milla de tierra: motor averiado frente a Arteixo

El lunes, el pesquero Francisco Javier Uno vivió un momento crítico al quedarse sin propulsión mientras faenaba a una milla al norte de Punta Langosteira, en las inmediaciones del puerto exterior de A Coruña. La embarcación, de tamaño medio, quedó a la deriva en una zona expuesta, lo que obligó a su patrón a solicitar asistencia inmediata al Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo de A Coruña.

La respuesta fue rápida: la Salvamar Betelgeuse, embarcación de intervención rápida del organismo estatal, se movilizó para acudir en auxilio del pesquero, que finalmente fue remolcado con éxito hasta el muelle de Oza, en el interior del puerto coruñés.

Una operación eficaz, pero con lecciones que revisar

Aunque el rescate se resolvió sin mayores incidentes, este tipo de situaciones ponen de nuevo el foco sobre la vulnerabilidad de los pesqueros artesanales ante fallos mecánicos en mar abierto. En este caso, el hecho de encontrarse cerca de la costa y de contar con cobertura de Salvamento permitió evitar una situación más grave.

No obstante, cabe preguntarse: ¿qué habría pasado si la avería se hubiese producido más lejos o con peores condiciones meteorológicas? El estado técnico de la flota, muchas veces envejecida, sigue siendo uno de los talones de Aquiles del sector pesquero gallego, sobre todo para las pequeñas embarcaciones que no siempre disponen de sistemas redundantes ni de recursos para renovaciones.

Punta Langosteira: un entorno clave, pero expuesto

El entorno donde se produjo la emergencia no es casual. La zona de Punta Langosteira, frente al puerto exterior de A Coruña, es un área cada vez más transitada tanto por barcos mercantes como por pesqueros. Aunque el puerto exterior buscaba aliviar el tráfico en el interior, la falta de abrigo natural y su distancia de zonas de abrigo seguro lo convierten en un entorno especialmente delicado cuando se producen emergencias.

Este tipo de sucesos subrayan la necesidad de mejorar los protocolos de prevención y asistencia rápida en áreas como esta, donde una avería puede convertirse en un accidente si el tiempo o el tráfico se complican.

Salvamento Marítimo: un pilar del día a día en el mar

La intervención de la Salvamar Betelgeuse demuestra, una vez más, la importancia estratégica de Salvamento Marítimo, cuyas tripulaciones intervienen con regularidad en rescates de pesqueros, embarcaciones recreativas e incluso accidentes industriales en la costa gallega.

En este caso, su actuación permitió evitar que la situación derivara en daños para la embarcación, para sus tripulantes o para el entorno marino. No es la primera vez que esta unidad interviene en la zona, lo que refuerza el argumento de reforzar los medios permanentes disponibles en puertos clave como el de A Coruña o Ferrol.

El mar no da tregua: prudencia y mantenimiento como salvavidas

Este nuevo incidente sirve como recordatorio de que la mar no perdona descuidos mecánicos ni retrasos en el mantenimiento. Aunque en esta ocasión no hubo que lamentar daños personales ni materiales, cada remolque preventivo es también una advertencia.

El Francisco Javier Uno volvió a puerto por sus medios asistidos, pero en la memoria del sector queda la necesidad constante de revisar, prevenir y dotar a las embarcaciones —grandes o pequeñas— de los medios técnicos y humanos necesarios para hacer frente a cualquier imprevisto.