- La disputa entre mariscadores a flote y a pie en Cabo se intensifica con nuevas protestas en Santiago, destacando la urgencia de revisar la gestión de los bancos productivos.
El conflicto entre mariscadores a flote y la Consellería do Mar sigue intensificándose, con la reciente protesta en Santiago protagonizada por el colectivo de Cabo. Estos profesionales del mar, que se dedican a faenar desde embarcaciones, acusan a la Xunta de Galicia de favorecer injustamente al sector de marisqueo a pie en la asignación de los bancos productivos, situación que, aseguran, está llevando a su sector a una crisis económica insostenible.
El malestar se remonta a varios años atrás, pero se ha exacerbado recientemente con la implementación de medidas más estrictas por parte de la Consellería de Mar, que incluyen sanciones y controles rigurosos por parte de los Gardacostas. Los mariscadores a flote denuncian que estas medidas les impiden trabajar en zonas que consideran vitales para su subsistencia, señalando que la cesión total de estos bancos al sector a pie ha sido devastadora para sus ingresos.
Según declaraciones difundidas por Europa Press, uno de los portavoces del grupo expresó que los mariscadores a flote están sufriendo “coacciones por parte de Gardacostas,” lo que les dificulta realizar su trabajo en las áreas asignadas al marisqueo a pie. Los mariscadores a flote insisten en que hasta el 2021 la cofradía funcionaba de manera equilibrada, pero la reciente reasignación de todos los bancos productivos ha llevado a una situación de ruina económica para su sector.
Por su parte, la Consellería de Mar defiende su postura, afirmando que están aplicando la normativa en vigor y los planes de gestión acordados. Además, desde el departamento dirigido por Alfonso Villares, han subrayado su disposición al diálogo y recordaron que se han llevado a cabo reuniones recientes, como la celebrada el pasado 8 de agosto, con el objetivo de resolver el conflicto. Según datos proporcionados por la Consellería, en la zona afectada hay 199 mariscadores a pie y 98 a flote, y las medidas adoptadas buscan mantener un equilibrio en los intereses de ambos sectores.
Este enfrentamiento pone de relieve un problema más amplio en la gestión de los recursos marinos en Galicia, donde las tensiones entre distintos sectores de mariscadores han aumentado a medida que los recursos se han vuelto más limitados. La protesta en Santiago es solo la última manifestación de un conflicto que amenaza con seguir escalando si no se encuentran soluciones que satisfagan a todas las partes involucradas.