- El agua, la tierra y el aire son patrimonio de todos y no deben ser sacrificados por intereses económicos ajenos a la comunidad
Miles de personas, procedentes de la comarca de A Ulloa, los concellos limítrofes y las rías de Arousa y de Vigo, participaron este mediodía en Palas de Rei en una manifestación convocada por la plataforma Ulloa Viva para oponerse a la instalación de la industria que Altri y Greenalia proyectan levantar en el municipio. La manifestación, que congregó a más de 20.000 personas según los organizadores, desbordó el pequeño municipio lucense, cuya población habitual es de 3.368 habitantes.
Desde primera hora de la mañana, los accesos a Palas de Rei se vieron colapsados por los más de 40 autobuses que llegaron de diversas zonas de Galicia, incluyendo una nutrida representación de productores y pescadores de las rías de Arousa y de Vigo. La marcha, que comenzó en el polígono industrial de Palas, recorrió más de un kilómetro hasta el centro de la villa, provocando cortes de tráfico en la N-547 durante más de una hora.
Encabezada por la plataforma Ulloa Viva, la manifestación contó con la presencia de vecinos de la comarca, pequeños empresarios, colectivos sociales, grupos ecologistas, sindicatos y representantes políticos de BNG, Sumar, Podemos, Partido Galego y Marea Atlántica. La protesta, pacífica y vigilada por la Guardia Civil, incluyó una carroza representando una fábrica contaminante, simbolizando los temores sobre los efectos negativos que la planta de Altri podría tener sobre el medio ambiente.
Impacto en el Río Ulla y la Ría de Arousa
El proyecto de Altri y Greenalia plantea serios riesgos medioambientales, especialmente para el río Ulla y la Ría de Arousa. Estas áreas son vitales para la pesca y la marisquería, actividades económicas fundamentales para la región. El río Ulla, que desemboca en la Ría de Arousa, es una arteria esencial que sustenta una rica biodiversidad y ecosistemas delicados. La posible contaminación del agua por desechos industriales, así como el aumento de eucaliptos en lugar de especies autóctonas, podría devastar estas áreas.
Los manifestantes expresaron su preocupación de manera clara con lemas como «A auga é nosa, e non da celulosa» y «Os montes son nosos e non dos mafiosos», que reflejan el temor a la contaminación del agua y la pérdida de biodiversidad. Varias pancartas en inglés alertaban sobre el impacto en el Camino de Santiago, llamando la atención de peregrinos internacionales.
Despliegue y apoyo masivo
La marcha culminó en la Praza da Feira, donde dos vecinas, Mónica Cea y Maika Sánchez, leyeron un manifiesto evocando un futuro en 2030 donde la comunidad había logrado detener el proyecto de Altri. Marta Gontá, portavoz de Ulloa Viva, subrayó que esta manifestación es un «segundo golpe na mesa», tras las 25.000 alegaciones presentadas contra la fábrica. Gontá hizo un llamamiento a los políticos para que elijan entre «a veciñanza que non quere esta celulosa nin na A Ulloa nin en ningún sitio de Galicia, ou do lado dos cartos e dos intereses duns poucos».
Entre los asistentes estuvieron figuras políticas como Ana Pontón (BNG), Marta Lois (Sumar), Isabel Faraldo (Podemos), y varios concejales del Partido Galego. También se destacó la presencia de históricos del nacionalismo gallego y algunos socialistas locales. Ana Pontón criticó la postura del PP y PSOE, calificando el proyecto como «macroproxecto contaminante que o PP quere regar con diñeiro público».
Voces de la comunidad
El manifiesto final reiteró la oposición al proyecto de Altri y la defensa de un modelo de vida sostenible. «En vez de un paisaje monocroma de eucaliptos, queremos un mosaico rico que favorezca a todos los sectores», afirmaron las portavoces. Subrayaron que la calidad de vida y el bienestar de futuras generaciones dependen de preservar los recursos naturales de la región.
Maika Sánchez, una de las lectoras del manifiesto, destacó: «En esta Terra del Medio, las comarcas del corazón geográfico de Galicia, son un lugar en regeneración. Son una oportunidad para poder desarrollar una economía sostenible, donde se trabaje con el territorio protegiéndolo. Porque dependemos de la tierra, del agua y del aire. Esos y no la codicia desmedida de unos pocos son las bases de nuestras vidas». Este mensaje resuena especialmente en las comunidades pesqueras y marisqueras de la Ría de Arousa, donde el equilibrio ecológico es crucial para su sustento.
Una lucha por el futuro
El evento no solo fue una protesta, sino una declaración de principios sobre la necesidad de proteger los recursos naturales y el modo de vida de las comunidades locales. «No es desarrollo, no es progreso: se llama expolio. Porque esta tierra es nuestra y no de las empresas especuladoras», concluyeron las portavoces, dejando claro que la lucha continuará hasta garantizar que proyectos como el de Altri no destruyan el legado ambiental de la región.
El agua, la tierra y el aire son patrimonio de todos y no deben ser sacrificados por intereses económicos ajenos a la comunidad.