- Antonio Trasancos, jefe de máquinas de 57 años, falleció a bordo del Ecce Homo, seis meses después de sobrevivir a un accidente en el puerto de Celeiro.
El puerto de Celeiro vive días de profundo pesar tras la inesperada muerte de Antonio Trasancos, jefe de máquinas del pesquero Ecce Homo. El veterano marinero, de 57 años y natural de Celeiro, falleció a bordo mientras el buque se dirigía a los caladeros de Gran Sol. Su muerte, cuya causa será determinada por la autopsia, ha conmocionado al sector pesquero y a la comunidad local, que lo recuerdan por su carácter afable y su dedicación al mar.
El trágico suceso ocurrió el pasado jueves. El Ecce Homo, una embarcación de 36,5 metros de eslora dedicada a la captura de merluza en aguas comunitarias, regresó de inmediato al puerto de Celeiro con los restos de Trasancos. El barco atracó alrededor de las 11 de la mañana, y pasadas las 2 de la tarde, tras la orden del forense, el cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Lugo para la realización de la autopsia.
Antonio Trasancos era un rostro conocido y querido en Celeiro, no solo por su trayectoria profesional, sino también por su compromiso con el oficio pesquero. Este año, había protagonizado otro incidente que dejó una huella en la comunidad. En mayo, sufrió una caída al mar entre un pesquero y el muelle, de la que logró sobrevivir tras ser rescatado en estado crítico y permanecer varios días en cuidados intensivos. Su recuperación fue vista como un milagro, y tras restablecerse, volvió a su puesto a bordo con renovado ánimo.
Sin embargo, su inesperado fallecimiento ha teñido de luto al puerto de Celeiro y a la cofradía, cuyas banderas ondean a media asta en señal de duelo. Ayer, durante las Jornadas de Pesca, autoridades del sector expresaron sus condolencias, destacando el impacto de la pérdida de un profesional respetado y una persona solidaria.
El sepelio, inicialmente previsto para el fin de semana, tuvo que aplazarse debido a demoras en la autopsia. Finalmente, la familia y la comunidad se reunirán el lunes para darle el último adiós en Viveiro, su localidad natal.
El caso de Antonio Trasancos es un recordatorio de los riesgos y desafíos que enfrentan los trabajadores del mar. Su legado queda en la memoria de quienes lo conocieron y en el ejemplo de dedicación que deja para las futuras generaciones de marineros.