La reciente cumbre anual de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) en Egipto tuvo repercusiones sustanciales para Galicia, una región con una rica historia pesquera en España. Más allá de las medidas adoptadas para el atún rojo, la conferencia abordó asuntos cruciales relacionados con otras especies, como el tiburón y el pez espada, afectando directamente a la actividad pesquera gallega.
Dada la situación de la que se partía el resultado de las negociaciones pueden calificarse como bastante aceptables o positivas según a Organización de Productores Nacional de Palangre de Altura (Onnape), la que una flota de 122 barcos acreditan a Galicia como la gran potencia comunitaria de palangre de superficie.
No que respeta al atún rojo, las medidas más rigurosas, que incluyen restricciones de cuotas y períodos de veda extendidos, tienen implicaciones específicas para Galicia. La región se ve desafiada a ajustar sus prácticas pesqueras para cumplir con estas regulaciones, lo que podría generar impactos económicos inmediatos. Con todo, se espera que estas acciones fomenten la recuperación a largo plazo de las poblaciones de atún rojo.
Pero la sorpresa llegó de la mano del consejo científico que acordó subir un 25% el TAC del bonito del norte, mas cuando se mantienen las cuotas para túnidos tropicales, patudo, listado y rabil, asi como las del atún pelirrojo.
En cuanto al tiburón y el pez espada, la cumbre también estableció directrices para su gestión sostenible. Estas medidas adicionales abren nuevas consideraciones para la flota pesquera gallega, que deberá adaptarse a los requisitos específicos para cada especie, influyendo en las estrategias de captura y en la diversificación de las actividades pesqueras.
La falta de informes científicos sólidos se propuso incorporar una estratégia de gestión del pez espada, a pesar de que había países a favor y otros en contra, por lo que finalmente se decidió mantener la cuota para 2024.
El tiburón o tintorera tenían un punto de partida mejor, sin sobrepesca, sin embargo los científicos de la Iccat para garantizar la supervivencia a largo plazo de esta especie, propuso rebajar de los 39 millones de kilos actuales de la TAC la entre 22 y 25 millones de Kilos. Esto y menos de los 32,6 millons de kilos, que y lo que a Iccat marca cómo rendimiento máximo sostenible (RMS)
En general, en términos de cuotas, Galicia experimenta tanto ganancias como pérdidas. Las restricciones más estrictas pueden implicar una merma de las cuotas para algunas especies, presentando un desafío para los pescadores gallegos. Con todo, la lucha contra la pesca ilegal beneficia a la región al garantizar una competencia más justa y proteger los recursos pesqueros, lo que podría traducirse en una mayor cuota a largo plazo.
En cuanto a los puertos gallegos, algunos salen beneficiados mientras que otros enfrentan desafíos. Aquellos con una mayor diversificación en las especies capturadas y una mayor capacidad para cumplir con las regulaciones ven favorecidos. Por otro lado, los puertos que dependen en gran medida de especies afectadas por las restricciones podrían enfrentar dificultades económicas temporales.
En resumen, la cumbre de la ICCAT en Egipto no solo impacta en la pesca de atún rojo, sino que también influye en la gestión de especies como el tiburón y el pescado espada. Galicia experimenta ajustes en las cuotas, con beneficios y desafíos, y los puertos locales ven afectados de manera diversa segundo su capacidad para adaptarse a las nuevas regulaciones y diversificar sus actividades pesqueras.