- Las conservas de marca blanca alcanzan el 80 % de las ventas en supermercados españoles, impulsadas por el cambio en los hábitos de consumo y la inflación.
Las conservas de marca blanca han encontrado su espacio en el mercado de productos del mar en España, hasta representar cerca del 80 % de las ventas en supermercados, según revela el estudio de Solunion. Este crecimiento refleja un cambio en los hábitos de consumo en respuesta al encarecimiento de la cesta de la compra y a la evolución de preferencias hacia productos más económicos pero de calidad.
El caso de Marco, un trabajador de reparto en una gran cadena de supermercados, ilustra la realidad de muchos consumidores que se ven obligados a economizar. Para él, las marcas blancas se han convertido en una opción accesible y de confianza para comprar bonito del norte, sardinas y mejillones, productos que consumía antes bajo marcas más costosas.
En un contexto donde el consumo de productos del mar en los hogares marca mínimos históricos —con solo 18,5 kilos per cápita al año, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación—, el sector conservero español se ha orientado también hacia la exportación para compensar la caída del mercado interno. Con un crecimiento del 7,8 % en las exportaciones, el sector alcanzó el año pasado las 306.000 toneladas exportadas, cifra que podría incrementarse este año. Francia, Italia y Portugal siguen siendo los principales destinos, mientras que Estados Unidos y Asia se presentan como mercados emergentes con gran potencial.
La inflación ha sido un reto constante, afectando a las conserveras con el encarecimiento de materias primas como el atún, cuyo precio alcanzó los 2.000 dólares por tonelada el año pasado, aunque ha bajado a 1.600 dólares en meses recientes. Asimismo, se espera que la estabilización del precio del aceite y una menor inflación en la Unión Europea contribuyan a mejorar la rentabilidad de las conserveras a corto plazo, haciendo que el sector conserve su resiliencia frente a la crisis económica.
En comparación con otras áreas de la industria pesquera, que han visto duplicarse los concursos de acreedores, las conserveras han mantenido una línea de crecimiento más estable. Este fenómeno, según Solunion, se debe en parte a la internacionalización y el incremento de valor añadido en productos que no solo llegan a nuevos mercados, sino que también responden a la demanda de un consumidor local en constante evolución.
A futuro, las empresas del sector tienen como desafío continuar innovando y diversificando sus canales de distribución, mientras potencian su presencia en mercados emergentes y buscan estrategias para incentivar el consumo interno. La marca blanca seguirá siendo clave en este camino, consolidando su dominio en los lineales y transformándose en un emblema de la industria conservera en España.