La importación de sardina en Galicia alcanza máximos históricos

  • Galicia importa 9.000 toneladas de sardina, valoradas en 9,3 millones de euros, mientras la flota local enfrenta restricciones de pesca pese a la abundancia de la especie.

La importación de sardina en Galicia ha alcanzado cifras récord en 2023, con la compra de casi 9.000 toneladas de este pescado por un valor total de 9,3 millones de euros. Este aumento en las importaciones, sobre todo desde Portugal, refleja una situación cada vez más crítica para la flota de cerco gallega, que, a pesar de la abundancia de sardina en el Atlántico, se ve limitada por estrictas cuotas de pesca.

Desde 2017, cuando se implementó un plan para la recuperación de la especie, la gestión de las cuotas de sardina se ha convertido en uno de los principales desafíos para los armadores gallegos. A pesar de los esfuerzos de conservación, la cuota asignada a España se ha reducido en más del 21%, una decisión que los pescadores de Galicia consideran incomprensible, sobre todo en un contexto en el que la sardina está en plena recuperación.

Esta situación está teniendo un impacto directo en la economía local, ya que muchos barcos permanecen amarrados en puerto debido a la imposibilidad de pescar. Al mismo tiempo, la alta demanda en los mercados se cubre con sardina importada, mayoritariamente de Portugal, país que dispone de una cuota mucho mayor para la pesca de esta especie. 

Los armadores gallegos insisten en que el Ministerio de Pesca debe revisar y optimizar la asignación de las cuotas para evitar que la flota gallega quede en una situación insostenible. No solo están en riesgo los medios de vida de miles de trabajadores del sector, sino también el futuro de una industria pesquera que ha sido clave para la economía de Galicia durante generaciones.

Con las restricciones actuales, la flota de cerco en Galicia vive una situación «agónica», según los propios armadores. La recuperación de la sardina es un éxito de la gestión pesquera, pero su distribución desigual entre países está dejando a Galicia en desventaja, agravando la dependencia de las importaciones y poniendo en riesgo el futuro del sector.

El aumento de las importaciones, que ha alcanzado máximos históricos, es un claro indicativo de la presión que soporta el mercado local, donde la demanda supera con creces la oferta permitida por las regulaciones pesqueras. Mientras no se ajusten las cuotas a la realidad actual, la supervivencia de la flota gallega seguirá pendiendo de un hilo, y la sardina gallega podría convertirse en un lujo cada vez más inaccesible en los mercados locales.