- El futuro del berberecho de Noia depende de la calidad del producto
Desde la obtención del prestigioso sello de calidad “Berberecho de Noia” en 2017, la cofradía ha enfrentado una serie de desafíos para consolidar esta marca en los mercados. A pesar de los esfuerzos, la pandemia de COVID-19 y las recientes riadas han obstaculizado el progreso de esta iniciativa.
Inicialmente, el plan era expandir la presencia del berberecho de Noia no solo en conserveras, sino también en el sector hostelero. Sin embargo, las restricciones impuestas por la pandemia obligaron a suspender estos planes, así como las actividades promocionales en eventos especializados. Aunque se logró retomar algunas de estas actividades más adelante, como en el Salón Gourmets de Madrid, las dificultades persistieron.
Las recientes riadas han representado otro revés para la cofradía, con campañas marisqueras interrumpidas y una mortalidad significativa del molusco. La incertidumbre ha llevado a la cofradía a replantear su estrategia, y actualmente están trabajando en un calendario de promoción para el berberecho con miras al año 2025.
Sin embargo, Adelo Freire, secretario de la cofradía, señala que el éxito de esta estrategia dependerá en gran medida del estado del producto. “Iremos a las ferias con un molusco de primera calidad”, afirma Freire, subrayando la importancia de garantizar la excelencia del producto en cualquier actividad promocional.
A pesar de los desafíos, la cofradía mantiene la esperanza de recuperarse de esta mala racha. Los grandes clientes, como las conserveras, han expresado su interés en volver a comprar el berberecho de Noia una vez que regrese al mercado. Freire enfatiza: “Nuestro berberecho no puede ser sustituido”. Ahora, solo queda esperar que mejoren las condiciones para este preciado producto marino.