La alerta de Hepatitis A: ¿Desinformación o daño colateral?

  • La alerta por Hepatitis A en mejillones con origen gallego revela fallos en la comunicación que perjudican al sector pese a su responsabilidad nula.

El 25 de octubre, el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) de la Unión Europea lanzaba un aviso preocupante: “presencia de Hepatitis A en mejillones de Italia con materia prima de España”. Esta notificación, breve pero contundente, generó un terremoto en el sector mejillonero gallego, pese a que la responsabilidad real de este episodio recaía lejos de sus aguas. Una vez más, la comunicación inexacta de una alerta alimentaria sembraba dudas innecesarias sobre la calidad de un producto emblemático.

Seguridad alimentaria: un sistema que funciona… con matices

Europa cuenta con uno de los sistemas de seguridad alimentaria más rigurosos del mundo. La red RASFF actúa con rapidez para identificar riesgos y proteger a los consumidores. Sin embargo, cuando una alerta se transmite de manera ambigua o incompleta, los daños colaterales pueden ser significativos. El caso de los mejillones gallegos es un ejemplo claro: aunque el producto afectado era italiano, elaborado a partir de materia prima gallega, la información proporcionada indujo a interpretaciones erróneas que perjudicaron la imagen del sector en su conjunto.

Fernando Otero Lourido, abogado experto en derecho alimentario, explica: “La alerta no se refiere a un producto gallego ni español. El problema surge en Italia, donde la materia prima gallega, perfectamente trazada y comercializada, fue depurada y comercializada sin los controles adecuados”. Según el experto, la presencia del virus de la Hepatitis A podría deberse a una deficiente depuración o a contaminaciones posteriores en la cadena de distribución italiana. En cualquier caso, “el sector gallego no tiene ninguna responsabilidad en lo ocurrido”.

Consecuencias de una mala comunicación

El caso ilustra cómo una alerta mal gestionada puede afectar gravemente a un sector. La información inicial generó desconfianza entre los consumidores y perjudicó las ventas, además de poner en tela de juicio la reputación de un producto que cumple con los más altos estándares de calidad. “Cuando las alertas no son claras, se pone en entredicho a toda la cadena de valor gallega, generando una percepción de riesgo que no se corresponde con la realidad”, afirma Otero Lourido.

El sector mejillonero gallego, considerado modélico por sus estrictos controles sanitarios y sistemas de trazabilidad, trabaja estrechamente con las autoridades para garantizar la máxima seguridad de sus productos. Sin embargo, la reiteración de episodios como el ocurrido en Italia puede causar un daño irreparable a su imagen.

Un llamamiento a la precisión y la responsabilidad

El caso plantea una pregunta crucial: ¿qué responsabilidades tienen las autoridades y los medios de comunicación al transmitir estas alertas? Para el sector gallego, la petición es clara: mayor rigor en la información que se difunde. Las alertas deben ser precisas, detalladas y contextualizadas para evitar confusiones que afecten injustamente a quienes no son responsables del problema.

“Es como culpar al fabricante de tornillos por un accidente causado por un coche mal ensamblado”, resume Otero Lourido. La depuración y comercialización del mejillón en Italia es una responsabilidad exclusiva de sus operadores. Galicia, en cambio, sigue liderando con una producción de alta calidad que cumple con todas las normativas sanitarias.

La alerta por Hepatitis A es un recordatorio de que la desinformación también tiene sus víctimas. En este caso, un sector que, pese a su impecable labor, paga las consecuencias de errores ajenos. Solo una comunicación más cuidadosa y responsable puede evitar que episodios como este se repitan.