- La Fiscalía de Sicilia investiga una posible cadena de errores humanos en el hundimiento del yate “insumergible” que causó la muerte de siete personas, incluyendo al magnate británico Mike Lynch y su hija.
La Fiscalía de Sicilia ha iniciado una investigación por homicidio involuntario y negligencia tras el trágico naufragio del yate de lujo “Bayesian”, que pertenecía al magnate británico Mike Lynch. El incidente, ocurrido el 19 de agosto durante una tormenta en el puerto de Porticello, dejó un saldo de siete personas fallecidas, entre ellas Lynch y su hija de 18 años.
El yate, considerado “insumergible” por su fabricante, se hundió rápidamente, lo que ha generado preguntas sobre las posibles causas del siniestro. A pesar de que una embarcación cercana no sufrió daños, el “Bayesian” volcó y se hundió a una profundidad de 50 metros, lo que ha llevado a las autoridades a investigar una posible cadena de errores humanos.
El fiscal a cargo de la investigación ha señalado que, aunque aún no hay sospechosos específicos, se están explorando todas las posibilidades, incluyendo la negligencia por parte de la tripulación, como el posible fallo de cerrar escotillas o apagar el motor en momentos críticos. La investigación, que está en sus primeras fases, podría tener implicaciones más amplias a medida que se esclarezcan los detalles.
El cuerpo de la última víctima desaparecida, Hannah Lynch, hija del empresario, fue recuperado recientemente, lo que ha cerrado una búsqueda que involucró múltiples inmersiones al pecio del yate. Las autoridades están enfocadas en determinar la responsabilidad del capitán del barco, James Cutfield, quien podría enfrentar cargos por varios delitos, incluido el de homicidio múltiple. Cutfield ha defendido sus acciones, alegando que una tromba marina inesperada fue la causa del naufragio, aunque este fenómeno no afectó a otros barcos cercanos.
Giovanni Costantino, CEO de The Italian Sea Group, empresa propietaria del astillero que construyó el “Bayesian” en 2008, ha expresado su asombro ante el incidente, afirmando que el yate era extremadamente seguro a menos que se produjera una significativa entrada de agua, lo que sugiere que la tripulación podría haber cometido varios errores graves. Entre las posibles negligencias, se menciona la no adopción de medidas preventivas ante la tormenta, como asegurar que todos los pasajeros permanecieran juntos en una sala segura.
La tragedia ha conmocionado tanto a la comunidad marítima como a los amigos y familiares de las víctimas, y la investigación continúa para determinar exactamente qué falló en lo que debería haber sido un viaje seguro en un yate de última generación.