- Cerqueros gallegos critican la falta de apoyo tras la venta de cuotas al sur, mientras que los barcos andaluces reciben ayudas por falta de pescado.
La tensión en los puertos gallegos va en aumento. Mientras los cerqueros del sur de España, especialmente del golfo de Cádiz, amarran sus barcos por falta de cuota y aseguran ayudas públicas para los próximos meses, la flota gallega de cerco se enfrenta a un panorama incierto, con pocas capturas y sin respaldo económico. La paradoja ha provocado malestar en los armadores y tripulantes gallegos, quienes, tras vender sus cuotas a barcos del sur en busca de ingresos rápidos, ahora se ven sin posibilidades de pesca ni subvenciones que sostengan sus operaciones.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha denominado “transferencias temporales” a la compraventa de cuotas entre flotas de distintas zonas. Así, cuando los cerqueros del noroeste de España agotan sus cuotas de sardina o bocarte, pueden comprar derechos de pesca a los barcos del sur, quienes gestionan cuotas individuales. Esto ha generado un sistema en el que las flotas andaluzas, al recibir ingresos por la venta de cupos y luego ayudas económicas al amarrar, resultan beneficiadas en comparación con los cerqueros gallegos, que apenas reciben apoyo.
Los cerqueros del golfo de Cádiz comenzaron el 1 de diciembre una parada de dos meses, hasta el 31 de enero, por la falta de cuota de sardina y boquerón, y el Gobierno andaluz ya ha destinado 1,4 millones de euros en ayudas. Estos fondos, en su mayoría provenientes del Fondo Europeo Marítimo de la Pesca y la Acuicultura (Fempa), están destinados a compensar a armadores y tripulantes. Con un máximo de 40 días subvencionables, el reparto preliminar destina 500.000 euros a los armadores y 900.000 a los tripulantes.
En Galicia, la reacción ha sido de frustración. “Non estamos en contra das axudas ao cerco do sur”, explican pescadores gallegos, “pero custa entender por que reciben axudas quen vendeu as súas cotas e agora non poden pescar”. En contraste, los cerqueros gallegos deben lidiar con la escasez de sardina y bocarte, y la falta de alternativas, pues otras especies como el jurel o la xarda apenas aparecen en sus redes. Algunos armadores gallegos consideran esta situación como una “inxustiza” y reclaman al ministerio que también ofrezca soluciones para el cerco del norte.
El modelo de transferencia de cuotas, diseñado para flexibilizar el acceso a recursos entre regiones, se ha convertido en un punto de conflicto entre flotas que operan bajo condiciones muy distintas. Mientras el norte depende de cuotas conjuntas, el sur puede gestionar su cupo individualmente y decidir entre pescar, vender o amarrar. Este mecanismo ha resultado en un esquema en el que los barcos del sur, al vender parte de su cuota, garantizan ingresos y luego se benefician de ayudas cuando deciden amarrar.
La comunidad pesquera gallega exige un trato más equitativo y advierte que el sistema actual perjudica a su flota. Con una demanda de ajustes en la política de pesca, los cerqueros del norte insisten en que la administración debe buscar fórmulas de apoyo que no solo privilegien a quienes venden sus derechos de pesca y luego reciben subvenciones, sino que también atiendan a las necesidades urgentes de aquellos que, con barcos amarrados y sin ayudas, luchan por mantenerse a flote.