- La Xunta exige una evaluación específica del jurel y la caballa para evitar que la sobrepesca de otros países afecte a la flota gallega.
La pesca gallega, un motor económico esencial para Galicia, está en alerta ante las propuestas de la Comisión Europea para las cuotas de pesca en 2025. Galicia, consciente de que el modelo actual perjudica a su flota al integrar zonas de pesca excesivamente amplias y sobreexplotadas, ha levantado la voz para pedir una revisión específica de las cuotas de jurel y caballa en las subzonas 9A y 8C, áreas en las que las capturas no reflejan la realidad pesquera local debido a la presión de países del norte de Europa.
Desde Santiago de Compostela, Alfonso Villares, conselleiro do Mar, participó en la Conferencia Sectorial de Pesca, donde expresó la necesidad de gestionar los recursos marinos de manera realista, y de sancionar a aquellos Estados que eluden colaborar en la sostenibilidad del TAC (Total Admisible de Capturas). Según Villares, la estructura actual no solo limita a los pescadores gallegos, sino que permite que la sobreexplotación en otras zonas tenga un impacto directo en sus posibilidades de pesca.
La Xunta ha criticado además la propuesta del ejecutivo comunitario de reducir drásticamente las cuotas de varias especies, como el ollomol, cuya captura se recortaría un 35%. Estas reducciones se justifican en la adopción de cuotas plurianuales, una estrategia que no siempre se ajusta a la evolución de los caladeros ni a las realidades del Atlántico.
Otra preocupación planteada por Galicia es la falta de transparencia en las negociaciones con el Reino Unido sobre las cuotas en el caladero de Gran Sol, de vital importancia para la flota gallega. En este contexto, Galicia insiste en que la Unión Europea debe negociar de forma más ágil y comunicar los acuerdos de manera abierta.
La situación es compleja: mientras algunas especies como el rape y el rapante verían un ligero incremento en sus cuotas, los ajustes para otras especies claves en Galicia generan inquietud en el sector, que depende de una gestión que refleje las verdaderas dinámicas de cada zona.
Con esta solicitud de una evaluación de los recursos más precisa y localizada, Galicia defiende no solo a sus pescadores, sino también una industria que busca un equilibrio sostenible frente a un modelo de gestión europeo que, tal como está planteado, podría perjudicarla en favor de otros actores.