- Gardacostas de Galicia intensifica la lucha contra el furtivismo con 3.653 kilos incautados, 4.245 útiles retirados y operativos clave en Arousa y Vigo.
El furtivismo marino sigue siendo uno de los mayores desafíos para el sector pesquero gallego. Pero la respuesta institucional no se ha hecho esperar. Solo en el primer trimestre de 2025, el Servizo de Gardacostas de Galicia, dependiente de la Consellería do Mar, ha incautado 3.653 kilos de producto ilegal y retirado 4.245 útiles y medios empleados en actividades ilícitas. Una ofensiva sin precedentes que evidencia la dimensión del problema, pero también el compromiso del cuerpo por erradicar esta práctica que perjudica tanto al ecosistema marino como a los profesionales que cumplen con la normativa.
Arousa, Pontevedra y Vigo, epicentros del conflicto
Los principales operativos se concentraron en las rías de Arousa, Pontevedra y Vigo, zonas históricamente tensionadas por la presión extractiva. En A Illa de Arousa, por ejemplo, se decomisaron 116 kilos de centollo enjaulado en una operación que confirma la existencia de redes ilegales bien organizadas. La especie, conocida como el “rey del marisco”, fue intervenida en una gran jaula sumergida, método habitual para mantenerlo vivo hasta su venta clandestina.
El mercado negro de la mejilla: una nueva amenaza
Una de las sorpresas de este trimestre ha sido el hallazgo de 360 kilos de mejilla –la cría del mejillón–, lo que confirma la existencia de un mercado negro dedicado a esta semilla. Esta actividad, además de ser ilegal, pone en jaque la sostenibilidad del cultivo del mejillón, uno de los pilares de la economía mar-industria de Galicia.
Bivalvos, cefalópodos y crustáceos: las especies más codiciadas
Los datos son claros: los furtivos se ceban con las especies más valiosas del mercado. Se incautaron 1.232 kilos de cefalópodos (975 de pulpo y 257 de choco), 662 kilos de bivalvos (con 202 kilos de almeja en sus variedades babosa, rubia, japónica y fina) y 859 kilos de crustáceos, con el centollo liderando la lista: 714 kilos decomisados. También se detectaron prácticas ilegales en la pesca de bogavante (4 kg), percebe (20 kg), nécora (46 kg) o camarón (14 kg).
Un mar de trampas: 4.245 útiles retirados
La lucha contra el furtivismo no solo se mide en kilos. El número de artes de pesca incautadas pone de manifiesto el grado de organización y persistencia de estas redes. En los primeros tres meses del año se retiraron 2.300 nasas ilegales, 1.150 “cacharros” de pulpo, 320 trasmallos, 304 miños y decenas de herramientas como ganchas, raspas, viveros, capazos o incluso embarcaciones y un vehículo. Todo ello evidencia la complejidad de un fenómeno que va mucho más allá de la simple recogida ilícita.
Tipos de furtivismo: un diagnóstico social y económico
El Seprona de la Guardia Civil, en su informe “El furtivismo marino y su incidencia en la Comunidad Autónoma de Galicia”, diferencia claramente los perfiles que operan al margen de la ley:
- Furtivismo marginal: protagonizado por personas con problemas de integración social, drogodependencias o situaciones económicas desesperadas.
- Furtivismo doméstico: común entre residentes costeros, sobre todo jubilados, que recolectan pequeñas cantidades para autoconsumo. Es una práctica tolerada socialmente pero difícil de controlar.
- Furtivismo legal: el más controvertido. Se trata de profesionales del mar con permisos en vigor que incumplen cupos, tallas o vedas, camuflando sus acciones bajo apariencia de legalidad.
- Furtivismo vacacional: turistas o veraneantes que extraen marisco en zonas de baño, especialmente almejas, navajas y berberechos, sin ningún tipo de control.
El daño: ecológico, económico y reputacional
El furtivismo representa una amenaza múltiple. A nivel ecológico, compromete la regeneración de los bancos marisqueros y altera el equilibrio del ecosistema. Económicamente, mina los ingresos de las cofradías, reduce las capturas legales y devalúa el producto. Pero también genera un daño reputacional para el sector, al introducir en el mercado alimentos sin trazabilidad y potencialmente peligrosos para la salud pública, como es el caso de la vieira fuera del canal reglado.
Un mensaje de advertencia… y de esperanza
La labor de Gardacostas de Galicia en este primer trimestre es una declaración de intenciones. Con operativos cada vez más efectivos, tecnología de vigilancia y coordinación interinstitucional, Galicia lanza un mensaje claro: el furtivismo no será tolerado.
Pero al mismo tiempo, la solución no puede ser solo policial. Hace falta educación, concienciación, medidas sociales que atiendan a los perfiles más vulnerables y reforzar el compromiso ético de quienes viven del mar.
Porque proteger el mar no es solo una cuestión legal: es una cuestión de futuro.