Enigma rodea la muerte de la beluga espía rusa

  • Encuentran muerta a la famosa beluga que podría haber sido entrenada por Rusia. No tenía signos evidentes de violencia y se le realizará una necropsia

Cinco años atrás, una beluga se hizo conocida tras ser avistada en aguas noruegas portando un arnés que parecía diseñado para una cámara GoPro. La inscripción en el arnés, que decía «Equipo de San Petersburgo», desató especulaciones sobre su origen y la posibilidad de que hubiera sido entrenada por los servicios secretos rusos. Desde entonces, este cetáceo de cuatro metros de longitud fue bautizado como la «ballena espía», y aunque el Kremlin nunca confirmó esta teoría, la idea de que era parte de un programa de vigilancia se mantuvo viva. La beluga, de naturaleza amistosa, solía acercarse a las embarcaciones, jugar con las personas y comer de la mano, lo que facilitó su seguimiento durante años.

Apodada Hvaldimir, un nombre que combinaba la palabra noruega para ballena (hval) con el nombre del presidente ruso Vladímir Putin, este animal se convirtió en un símbolo para la población noruega. Por eso, la noticia de su muerte, reportada este fin de semana por la televisión pública, conmocionó a muchos. Dos pescadores encontraron su cuerpo sin vida.

La causa de la muerte de Hvaldimir sigue siendo un misterio. Con una edad estimada de 15 años, era relativamente joven para su especie, las belugas suelen vivir alrededor de 60 años. Además, no mostraba heridas visibles, según el informe de Marine Mind, una organización que monitoreaba sus movimientos. Hasta el viernes, se pensaba que su estado de salud era bueno.

Sin embargo, el sábado su cuerpo apareció flotando en la bahía de Risavika, en el suroeste de Noruega. Las autoridades recuperaron el cadáver utilizando una grúa y lo trasladaron a un puerto cercano, donde los restos fueron refrigerados para someterlos a una necropsia. Se espera que el análisis revele las causas de su fallecimiento y despeje las dudas, evitando que su muerte se convierta en otra historia envuelta en teorías de espionaje no confirmadas, como ocurrió con su vida.

Una vecina inesperada  

El primer avistamiento de Hvaldimir, con su arnés ajustado al cuerpo, generó la hipótesis de que procedía de aguas rusas y que posiblemente había sido entrenada en cautiverio. Aunque también se sugirió que podría haber sido usada en terapias médicas, la presencia del dispositivo para una cámara alimentó la idea de que se trataba de un instrumento de espionaje. Esta práctica no sería nueva, ya que desde los años setenta, se ha documentado el uso de mamíferos marinos como las belugas con fines militares. En este caso, un pescador fue quien finalmente le retiró el arnés, aunque la cámara nunca fue encontrada.

A lo largo de los años, Hvaldimir vivió en solitario, desplazándose por el Círculo Polar Ártico, mientras su enigmático origen seguía siendo objeto de debate. ¿Había nacido en cautiverio? ¿Qué propósito tenía su entrenamiento? Según Marine Mind, sus interacciones con los humanos planteaban interrogantes. En 2019, su estado de salud empeoró y tuvo que ser alimentada por el Norwegian Orca Survey, en la ciudad de Hammerfest. Con el tiempo, se recuperó y comenzó a cazar sus propias presas, recorriendo grandes distancias. Aunque se la veía cerca de piscifactorías y catamaranes, nunca se unió a otros grupos de belugas, algo común entre los animales en libertad. Para Hvaldimir, su independencia fue efímer