- El pescado, alimento esencial para una vida saludable, merece un tratamiento tributario acorde a su valor nutricional y su impacto en la economía
En un mundo donde se fomenta cada vez más una alimentación sana y equilibrada, el papel del pescado como fuente de nutrientes esenciales cobra una relevancia ineludible. Sin embargo, a pesar de su valor nutricional y del importante rol que desempeña en la promoción de la salud, los precios del pescado están sujetos a las fluctuaciones de la oferta y la demanda, lo que a menudo desvirtúa su verdadero valor. En este contexto, surge la pregunta: ¿Debería el pescado tener un IVA inferior, equiparándolo a un producto de primera necesidad?
El pescado, rico en ácidos grasos omega-3, proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales, es ampliamente reconocido por sus beneficios para la salud cardiovascular, cerebral y muscular, así como por su contribución a una dieta equilibrada. Sin embargo, a pesar de estas cualidades, los precios del pescado, como la faneca, el jurel y el lirio, están alcanzando niveles que desafían su reputación de ser una opción alimenticia asequible.
La realidad del mercado pesquero refleja una compleja interacción entre factores naturales y económicos. La escasez de ciertas especies debido a variaciones en las capturas, combinada con una creciente demanda, impulsa los precios al alza. Por otro lado, especies como la lubina y el lenguado, tradicionalmente consideradas de alto valor añadido, experimentan caídas en sus precios debido a una mayor disponibilidad en el mercado.
En este escenario, los pescadores y vendedores de pescado se enfrentan a desafíos constantes para mantener sus negocios a flote. Las fluctuaciones en las ventas y la incertidumbre sobre la rentabilidad son preocupaciones comunes entre quienes dependen de la pesca y la comercialización de productos del mar. A pesar de ello, su labor desempeña un papel crucial en la cadena alimentaria y en la promoción de una alimentación saludable.
Es en este contexto donde surge la propuesta de reducir el IVA del pescado. Considerando su importancia nutricional y su contribución a la salud pública, el pescado debería ser considerado un producto de primera necesidad y, por lo tanto, estar sujeto a un gravamen reducido. Esta medida no solo beneficiaría a los consumidores, facilitando su acceso a alimentos saludables, sino que también respaldaría a los pescadores y comerciantes, incentivando la demanda y promoviendo la sostenibilidad del sector pesquero.
Bárbara Silva, una experimentada vendedora de pescado, resalta la necesidad de promover el consumo de pescado y de reducir el IVA como medidas clave para garantizar una alimentación saludable y equilibrada para todos. Su llamado a visitar las pescaderías a diario no solo busca informar sobre las fluctuaciones del mercado, sino también enfatizar la importancia de valorar adecuadamente los beneficios nutricionales del pescado en nuestra dieta cotidiana.
En conclusión, el pescado desempeña un papel fundamental tanto en la promoción de la salud como en la economía, y su verdadero valor va más allá de los precios fluctuantes en el mercado. Reducir el IVA del pescado no solo sería una medida justa y necesaria, sino también un paso importante hacia la construcción de un sistema alimentario más equitativo y saludable para todos.