- Un equipo de investigadores del CRETUS realiza el primer estudio interdisciplinario sobre el impacto del cierre de la pesca de esta especie en España y Francia.
El ecosistema socio-ecológico de la pesca de la anchoa en el Golfo de Vizcaya ha experimentado significativas transformaciones desde la veda impuesta entre 2005 y 2010. Estas transformaciones han sido detalladamente analizadas en el estudio internacional titulado ‘A systemic approach to analyzing post-collapse adaptations in the Bay of Biscay anchovy fishery’, publicado recientemente en la reconocida revista científica *Canadian Journal of Fisheries and Aquatic Sciences*. En esta investigación, que cuenta con la participación del profesor Sebastián Villasante de la USC y miembro del CRETUS, se concluye que, a pesar de la recuperación del stock de anchoa, el sistema pesquero socio-ecológico no ha vuelto a su estado anterior al colapso, resultando en la pérdida de importantes características socioeconómicas.
Mediante un enfoque que integra el análisis de la situación pesquera con datos tanto de pesca como de mercado, se estudiaron las respuestas adaptativas de los principales componentes del sistema en España y Francia (incluyendo la pesca extractiva, la transformación y la comercialización), con el fin de comprender cómo se han adaptado tanto el sector como las instituciones que lo regulan. Este trabajo, seleccionado como el mejor artículo del mes de agosto por la revista científica, fue liderado por Jennifer Beckensteiner (IFREMER) y contó con la colaboración, además del profesor Villasante, de Anthony Charles (Saint Mary’s University) y Pierre Petitgas, Christelle Le Grand y Olivier Thébaud (IFREMER).
Respuestas desiguales
Los investigadores señalan que las pérdidas y ganancias observadas tras el colapso de la pesca de anchoa y sus consecuencias varían según los diferentes actores del sistema pesquero. Se ha constatado que el tamaño promedio del stock en todas las clases de edad ha disminuido, y también se ha observado una reducción general en el número de embarcaciones dedicadas a la captura de anchoa en las tres flotas, siendo el impacto más severo en los arrastreros pelágicos franceses, cuya flota se ha reducido en un 70%. La flota vasca de cerqueros también se redujo un 40% entre 2001 y 2009, mientras que la flota española disminuyó en un 22%.
Sin embargo, en Galicia, una de las regiones clave para la pesca de anchoa en España, la situación fue diferente. Como explica el profesor Villasante, «Se produjo un desplazamiento temporal hacia el sector de la construcción, pero muchos profesionales regresaron a la pesca una vez que el stock se recuperó en la década de 2010. Otros pescadores optaron por cambiar de especie objetivo, como la caballa, o comenzaron a pescar con caña y sedal, centrándose especialmente en el bonito, o adaptaron sus zonas de pesca».
Por otro lado, los precios de la anchoa mostraron una gran volatilidad durante la crisis pesquera. Entre 2000 y 2006, cuando la oferta de anchoa disminuyó, los precios se incrementaron en más del 300%, alcanzando picos especialmente altos en 2006 tanto en España como en Francia (con una media en torno a los 6€/kg durante el período 2005-2009). Con la breve reapertura de la pesquería en 2006, los precios de la anchoa alcanzaron un récord histórico de 11,3€/kg en el País Vasco, e incluso llegaron a 14€/kg en Francia. Tras la crisis, el sistema pesquero adoptó un nuevo régimen, con precios que regresaron a los niveles de principios de la década de 2000 en Francia, pero que continuaron disminuyendo en España, situándose por debajo de la media después de 2017 en ambos países.
Aumento de exportaciones
Pese a la apertura de nuevas fábricas de conservas en el norte de España, la mayor parte de la producción se destinaba al consumo en fresco dentro del país, lo que convertía a España en el principal importador de anchoas de Europa. Durante la moratoria, las importaciones de productos frescos en España disminuyeron, mientras que las importaciones de anchoas en conserva aumentaron significativamente, alcanzando las 10.000 toneladas en 2021.
Según Villasante, «Las respuestas a nuestra encuesta destacaron dos factores que explican este aumento en las importaciones de productos en conserva. Primero, las industrias españolas establecieron contratos a largo plazo con nuevas fuentes de importación. Segundo, las pequeñas plantas de procesamiento se vieron obligadas a cerrar, mientras que las más grandes trasladaron sus actividades de producción a Marruecos, donde los costos laborales son cinco veces más bajos».
Los investigadores esperan que este análisis retrospectivo sirva como base para comprender las respuestas a largo plazo ante cambios socio-ecológicos en la pesca y para identificar el papel de los mecanismos de gobernanza en el apoyo a adaptaciones que mantengan sistemas pesqueros sostenibles frente a futuras perturbaciones.