- La delicada situación del percebe refleja un equilibrio precario entre su alta demanda y los crecientes desafíos de su recolección sostenible, afectados tanto por la actividad humana ilegal como por factores naturales.
Recientemente, la cofradía de pescadores de Camelle interceptó a dos furtivos recolectando percebes en la zona vedada de O Cabezo, cerca de Sabadelle. Los infractores, sorprendidos in fraganti, lograron escapar casi desnudos, dejando atrás un saco con cerca de quince kilos de percebes. El decomiso será entregado a un centro de beneficencia, según informó Xosé Xoán Bermúdez, patrón mayor de la cofradía, quien sospecha que un tercer individuo estaba vigilando.
El percebe es un manjar altamente demandado, especialmente en agosto, considerado el mejor mes del año para los percebeiros, superando incluso al período navideño. Roberto Orjales, presidente de la asociación de percebeiros de Meirás en Valdoviño, destaca la calidad del percebe local, demandado en pescaderías, restaurantes y grandes superficies de toda España. Diego Iglesias, gerente de Terra o Marisco, enfatiza que “tenemos el mejor percebe del mundo y es lo que demanda la gente”.
Sin embargo, la escasez de percebes se ha agravado por varios factores. El furtivismo es uno de los principales problemas. En algunas zonas, la actividad ilegal es significativa debido a la alta concentración de recolectores no autorizados. Orjales subraya la necesidad de vigilancia y sanciones más severas para disuadir esta práctica. Los precios elevados del percebe en el mercado representan un incentivo para el furtivismo, haciendo urgente una mayor regulación y control.
Además del furtivismo, una alga invasora amenaza las zonas de recolección. Esta alga impide la adherencia de los percebes a las rocas y prolifera sin control, afectando seriamente la producción. Tomás Arena, percebeiro de Cedeira y vicepatrón mayor del pósito local, alerta sobre la gravedad de la situación: “Es un problema, cada vez más. En la roca donde está el percebe no se adhiere, es como si le hubieras echado pintura”. La alga ocupa los espacios donde antes crecían percebes, y su proliferación no ha sido adecuadamente abordada por las autoridades.
Los percebeiros han estado protestando y solicitando a la Consellería do Mar que tome medidas para controlar la expansión de esta alga, que ya ha invadido gran parte del litoral norte. Juan Carlos Pardo Galdo, presidente de la cofradía de Cariño, destaca que la producción de percebe ha disminuido notablemente, elevando los precios hasta 135,10 euros por kilo en la rula de Cedeira (con un precio medio de 33,09 euros). La producción actual es insuficiente, ya que los percebes están naciendo más tarde de lo habitual, afectando la disponibilidad del producto en el mercado.
La demanda de percebes migra del interior al litoral durante el verano, aunque este año se ha observado una disminución en el consumo, posiblemente debido a la menor capacidad adquisitiva de los turistas. José Luis Pérez Cribeiro, del Grupo Expomar, observa una caída en las ventas de percebes y otros mariscos este verano. “Otros años había colas de gente y este no, hasta los restaurantes se quejan”, comenta. A pesar de ello, el percebe sigue siendo un capricho por el que muchos están dispuestos a pagar un alto precio, aunque en menor cantidad que en años anteriores.
La situación del percebe refleja un equilibrio delicado entre su alta demanda y los desafíos de su recolección sostenible, afectada tanto por factores naturales como por la actividad humana ilegal. La vigilancia y la investigación sobre el impacto de las algas son esenciales para garantizar la continuidad de este preciado recurso marino. Sin una intervención adecuada, tanto la producción como la calidad del percebe podrían continuar deteriorándose, poniendo en riesgo uno de los productos más emblemáticos y valorados de la costa gallega.