- La entrada en vigor del Convenio 188 marca un hito en la protección de los derechos laborales de los pescadores, pero su éxito depende de la aplicación efectiva y la colaboración entre los países signatarios y los actores del sector pesquero.
El Convenio 188 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que regula el trabajo en la pesca, ha entrado en vigor, marcando un importante paso hacia la protección de los derechos laborales de los pescadores en España y otros 20 países. Este convenio busca garantizar condiciones de trabajo y vida dignas para los trabajadores del mar, abordando aspectos clave como la seguridad laboral, los salarios justos y el respeto a los derechos humanos.
España, como uno de los países que ratificaron este convenio, se compromete a asegurar que los pescadores que trabajan en sus aguas territoriales o a bordo de barcos con bandera española sean tratados de manera justa y reciban protección adecuada. Esto incluye la implementación de medidas específicas para prevenir riesgos laborales, regular los salarios y establecer condiciones de trabajo decentes.
El Convenio 188 establece una serie de requisitos que deben cumplir los países signatarios, así como las empresas pesqueras y los propios pescadores. Entre estos requisitos se incluyen:
1. Contratos por escrito: Todos los pescadores deben tener contratos laborales por escrito que especifiquen claramente sus condiciones de trabajo, incluyendo salario, horario laboral, períodos de descanso y vacaciones.
2. Inspecciones regulares: Los países deben llevar a cabo inspecciones regulares en los barcos pesqueros para garantizar el cumplimiento de las normativas laborales y de seguridad.
3. Protección de la seguridad y la salud: Se deben implementar medidas de seguridad en el trabajo para proteger a los pescadores de lesiones y accidentes en el mar.
4. Derechos fundamentales: Se garantiza el respeto a los derechos fundamentales de los trabajadores, incluyendo el derecho a la libertad de asociación y negociación colectiva.
5. Formación y educación: Se promueve la formación y educación de los pescadores para mejorar sus habilidades y conocimientos sobre seguridad laboral y gestión pesquera sostenible.

La implementación del Convenio 188 representa un avance significativo en la protección de los derechos laborales de los pescadores a nivel internacional. Sin embargo, su éxito dependerá en gran medida de la voluntad política de los países signatarios para aplicar y hacer cumplir sus disposiciones.
En el caso específico de España, la entrada en vigor del Convenio 188 ha generado un debate sobre la necesidad de mejorar las condiciones laborales y salariales de los pescadores. Dirigentes sindicales y representantes del sector pesquero han abogado por la adopción de un marco social y económico que garantice una mayor protección y bienestar para los trabajadores del mar.
Juan Manuel Trujillo, dirigente de Pesca en CC.OO., ha propuesto la negociación de un acuerdo marco que establezca estándares mínimos para el sector pesquero, incluyendo salarios justos, condiciones laborales seguras y oportunidades de desarrollo profesional. Por su parte, José Ramón Piñeiro, dirigente del área marítima en UGT, ha destacado la importancia de mejorar las condiciones laborales y salariales de los pescadores para garantizar su dignidad y bienestar.
Javier Garat, secretario general de Cepesca, ha propuesto una campaña institucional para promover la certificación de las condiciones laborales dignas en los pesqueros españoles. Según Garat, esta certificación ayudaría a distinguir a la flota nacional como social y ambientalmente sostenible, lo que podría beneficiar tanto a los trabajadores del mar como a la industria pesquera en su conjunto.
Además de España, otros países que han ratificado el Convenio 188 incluyen Angola, Antigua y Barbuda, Argentina, Bosnia-Herzegovina, Congo, Dinamarca, Estonia, Francia, Kenia, Lituania, Marruecos, Namibia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Senegal, Sudáfrica y Tailandia.
En resumen, la entrada en vigor del Convenio 188 de la OIT representa un importante avance en la protección de los derechos laborales de los pescadores a nivel internacional. Sin embargo, su éxito dependerá de la voluntad política de los países signatarios para aplicar y hacer cumplir sus disposiciones, así como de la colaboración entre los distintos actores del sector pesquero para garantizar condiciones de trabajo dignas y seguras para todos los trabajadores del mar.