- China, India e Indonesia concentran el 51% del consumo global de pescados y mariscos, una tendencia que desafía a Galicia, potencia pesquera europea.
El mapa del consumo mundial de pescados y mariscos ha cambiado de forma radical. Si en las décadas de los 60 y 70 Europa, Japón y Estados Unidos dominaban el 50% del mercado global, hoy apenas superan el 18%. En contraste, Asia lidera con fuerza: China, India e Indonesia son responsables del 51% del consumo mundial, convirtiéndose en los motores de una transformación que parecía improbable hace apenas medio siglo.
Este fenómeno responde, en gran parte, al crecimiento demográfico. La suma poblacional de estos tres países alcanza el 38% de la humanidad, una cifra que por sí sola justifica la demanda. Sin embargo, si se analiza el consumo per cápita, los datos muestran una realidad aún más interesante: la media mundial se sitúa en 20,6 kg al año por persona, pero si se excluye a China, esta cifra cae drásticamente a 15,9 kg.
El consumo también refleja una brecha económica evidente. Los países con renta media-alta registran más de 30 kg por persona, mientras que aquellos con renta media-baja apenas alcanzan los 12,5 kg. Aun así, el crecimiento del consumo per cápita se estanca en los países ricos, donde la saturación del mercado frena la tendencia al alza.
Distribución por continentes
Asia encabeza el consumo con 24,7 kg per cápita, seguido de África y Sudamérica, que aunque muestran los mayores crecimientos relativos, todavía mantienen cifras más bajas: 9,4 kg en África y 10,7 kg en Sudamérica.

No obstante, el impacto de la pandemia aún persiste. La caída del consumo global registrada en ese período ha superado los incrementos alcanzados en los últimos años, manteniéndose el nivel global en cifras pre-pandemia.
Galicia en la encrucijada
Como potencia pesquera europea, Galicia se enfrenta a un desafío claro. Mientras el consumo global crece en Asia y otras regiones emergentes, Europa pierde protagonismo en el mercado, y con ello, una parte de la influencia que su industria pesquera ostentaba. La elasticidad del consumo frente al ingreso en los países asiáticos sugiere que, a medida que estas economías crecen, su demanda de pescado seguirá aumentando.
Aquí surge una reflexión inevitable: ¿está Galicia preparada para redirigir su producción hacia mercados asiáticos y adaptarse a estos nuevos hábitos globales? La capacidad de exportación y la búsqueda de nuevos canales comerciales resultarán cruciales. Si Galicia quiere mantener su papel de líder, deberá fortalecer su presencia en estos países, asegurando que el pescado gallego siga siendo sinónimo de calidad y excelencia en cualquier parte del mundo.
El mercado global ha cambiado, y el mar gallego deberá navegar estas nuevas corrientes.