- La autopsia será clave para confirmar si el cuerpo encontrado en A Arnela pertenece a una venezolana desaparecida en Esposende, al norte de Portugal.
El Día de Reyes dejó en Porto do Son un hallazgo sombrío que ha abierto un enigma con implicaciones internacionales. El cadáver de una mujer, en avanzado estado de descomposición, fue encontrado por un transeúnte en la playa de A Arnela cerca de las 14:00 horas. Desde entonces, la Guardia Civil trabaja en identificar a la víctima y esclarecer las circunstancias que rodean su muerte.
Aunque el cuerpo carecía de documentación o pertenencias personales, las autoridades sospechan que podría tratarse de una ciudadana venezolana desaparecida el pasado 29 de diciembre en Esposende, una localidad costera al norte de Portugal. La hipótesis se refuerza por las características físicas del cuerpo y la ropa deportiva que llevaba, que coinciden con la descripción dada por el esposo de la desaparecida.
El relato de una desaparición inquietante
La mujer fue vista por última vez cerca de un hotel en Esposende. Algunos testigos aseguran haberla visto días después en Viana do Castelo, a unos 20 kilómetros de su lugar de residencia. Sin embargo, su rastro se perdió hasta que el mar devolvió un cuerpo sin vida a las costas gallegas.
El marido de la desaparecida, que denunció su desaparición el mismo día 29, declaró a los medios que las prendas descritas coinciden con las que llevaba su esposa. Aunque mantiene la esperanza de que se trate de un error, admite que las probabilidades juegan en contra.
La conexión del océano
El cadáver pudo haber sido arrastrado por las corrientes marítimas y las mareas vivas que caracterizan esta época del año en la costa atlántica. Investigadores explican que los vientos predominantes del sur-suroeste y las corrientes oceánicas suelen dirigir restos desde las costas portuguesas hacia Galicia, haciendo plausible esta conexión transfronteriza.
Esta no es la primera vez que el océano, implacable y misterioso, transporta historias trágicas entre ambos países. Porto do Son, con sus playas abiertas al Atlántico, se convierte a menudo en receptor involuntario de restos procedentes de otros puntos del litoral ibérico.
La autopsia: una pieza clave
El cuerpo fue trasladado al tanatorio de Boqueixón, donde los forenses llevarán a cabo la autopsia. Este análisis será decisivo para confirmar la identidad de la fallecida, determinar las causas de la muerte y el tiempo que el cuerpo estuvo a la deriva. La comparación de ADN con muestras de la familia de la desaparecida será fundamental para cerrar este caso lleno de incógnitas.
Mientras tanto, la Guardia Nacional Republicana de Portugal continúa investigando la desaparición en Esposende, manteniendo contacto estrecho con las autoridades españolas para coordinar esfuerzos.
Un recordatorio inquietante
Este trágico hallazgo subraya la fuerza impredecible del océano, capaz de unir costas y desvelar historias olvidadas. En Porto do Son, los vecinos observan con tristeza cómo el mar, que tantas veces da vida, también devuelve misterios y pérdidas.
La confirmación de la identidad de la mujer podría cerrar un capítulo en este caso, pero también plantea interrogantes sobre las circunstancias que llevaron a este desenlace. Un recordatorio de que, frente al océano, la humanidad sigue siendo pequeña y frágil.