- Frente a las restricciones que amenazan la subsistencia de la flota pesquera, la lucha por la supervivencia se intensifica en cada puerto
Las aguas turbulentas de las restricciones pesqueras han sumido a la flota de bajura en una profunda crisis. En el corazón de esta tormenta se encuentra el abadejo, una especie vital para la flota artesanal, cuyas cuotas limitadas están dejando a los pescadores al borde del abismo.
El cierre de la pesquería del jurel ya había sido un duro golpe para el cerco, pero las recientes restricciones al abadejo han exacerbado aún más la situación. Con apenas cinco kilos permitidos por barco y día, algunas cofradías expresan su malestar ante lo que consideran una sentencia de muerte para la industria pesquera local.
Para Antonio Devesa, secretario de la cofradía de Laxe, la preocupación es palpable: “A especie que se vai extinguir é o pescador” (“La especie que se va a extinguir es el pescador”). En localidades como Fisterra y Malpica, el abadejo representa una parte significativa de los ingresos pesqueros, por lo que las restricciones podrían tener un impacto catastrófico en la economía local.
Pero la situación no se detiene aquí. La imposibilidad de acceder a ayudas públicas, sanciones económicas y la falta de oportunidades para pescar jurel están empujando a muchos patrones y armadores al límite. Adrián Campaña, de Camariñas, relata cómo el cierre de la pesquería del jurel lo dejó sin acceso a las ayudas, mientras que las restricciones al abadejo amenazan con acabar con su fuente de ingresos.
El Ministerio de Agricultura ha propuesto la merluza como una alternativa, pero para muchos pescadores, esta opción no es viable. Además, la inminente limitación de otras especies, como la raya mosaico y el lenguado, agravan aún más la situación.
Ante esta crisis, la Xunta y el BNG están tomando medidas. Se están presentando alegaciones contra los recortes establecidos y se está exigiendo al Ministerio de Pesca una rectificación urgente. Se reclaman estudios exhaustivos sobre el estado real del recurso y se insta a negociar un acuerdo que tenga en cuenta la situación precaria de la flota de bajura.
En un contexto donde la supervivencia de toda una industria pende de un hilo, la incertidumbre y la preocupación son palpables en cada puerto pesquero.