- Las Cofradías de Ferrol denuncian la alarmante caída en el marisqueo y reclaman medidas urgentes para preservar la tradición y el sustento económico del litoral.
El marisqueo, tradición centenaria en la Ría de Ferrol, se halla hoy en una situación crítica. Reunidos con la Consellería do Mar y el ISM, los representantes de las cofradías de Barallobre, Ferrol y Mugardos han expresado su profunda preocupación por la drástica reducción en las capturas y la falta de alternativas para recuperar los bancos marisqueros. La situación, según aseguran, podría desembocar en el colapso de un sector vital tanto para la economía como para la identidad cultural de Galicia.
Contexto de la crisis
Durante las últimas semanas se han realizado intensas reuniones entre los actores del sector y las autoridades. En ellas se debatió la posibilidad de instaurar un paro biolóxico o un cese temporal de actividad que permitiera la recuperación de los bancos de moluscos. Sin embargo, los mariscadores se encuentran prácticamente sin opciones para revertir la tendencia. En el marisqueo a flote operan alrededor de 30 embarcaciones, mientras que en el de costa participan más de 550 trabajadores. En el Banco de las Pías, principal fuente de extracción, la diferencia es abismal: de un tope de 10 kg en épocas de bonanza se ha pasado a una situación en la que apenas se alcanza 1 kg, reflejando un retroceso dramático en la productividad.
Ante este panorama, las cofradías han emitido un comunicado conjunto en el que expresan su descontento y urgencia. Se incluye a continuación el texto íntegro del comunicado, que sirve de testimonio directo de la situación en el terreno:

• En el marisqueo a pie, participan 550 personas de las 3 cofradías.
Todos los profesionales dedicados al marisqueo, que dependen de un stock de moluscos para extraer, están intentando sobrevivir o malviviendo al no poder extraer de forma rentable. Nuestro banco principal (a flote), el Banco de las Pías, lleva 6 años sin una extracción significativa: pasamos de trabajar 10–11 meses con un tope de 10 kg a no trabajar ningún mes completo, sin ser capaces de extraer siquiera 1 kg de almeja babosa.
En el libre marisqueo (a flote) hemos visto reducir los topes de 20 kg de almeja rubia o carneiro a 10 kg. Incluso cuando se consiguen medias de 3 o 4 kg diarios, el descenso es drástico si se compara con épocas en que se contaba con un tope de 20 kg. Esta situación es igualmente alarmante en el marisqueo a pie, donde, por ejemplo, la Cofradía de Barallobre, que contaba con 65 mariscadores, hoy solo tiene 14 trabajando.
Los muestreos de la empresa SEAGA y las asistencias técnicas de las cofradías confirman un fuerte reclutamiento inicial de almeja babosa, seguido de una drástica disminución en la población, al punto de no encontrarse ni siquiera las conchas. Esto ha llevado a un abandono progresivo y mayoritario de los profesionales.
Tanto las cofradías como la administración no han logrado identificar la problemática que conduce al colapso del marisqueo. Si no se protege a los pocos reproductores que quedan, se compromete la función biológica vital y la supervivencia total de los moluscos en la ría.
La mayoría de los mariscadores superan los 50 años y muchos han dedicado más de 30 años a esta actividad sin otra alternativa real, lo que agrava su situación de desamparo.
Los mariscadores no podemos seguir soportando solos el peso de esta crisis. Es responsabilidad de las administraciones proteger los recursos naturales, apoyar a los trabajadores del mar y garantizar la viabilidad que sustenta a muchas familias. Galicia, tierra de mar, no puede permitir que quienes dependen de él sean ignorados y abandonados.
Por tanto, solicitamos una alternativa para el sector marisquero por parte de la administración antes de la desaparición total de las cofradías de la Ría. No descartamos realizar movilizaciones inmediatas y adoptar todas las medidas necesarias para intentar revertir esta situación.
Análisis y perspectivas
La inclusión del comunicado en este artículo pone de relieve la urgencia del clamor de los mariscadores. Expertos en gestión de recursos naturales advierten que sin una intervención coordinada que incluya medidas de apoyo económico, políticas de sostenibilidad y una revisión urgente de las cuotas de extracción, el sector podría llegar a un colapso irreversible. La pérdida del Banco de las Pías y la reducción de topes de captura no solo afectan la viabilidad económica, sino que ponen en riesgo la función biológica de los moluscos, esenciales para la salud ecológica de la ría.
La crisis se agrava al considerar que la mayoría de los profesionales supera los 50 años y han dedicado décadas a una actividad que hoy parece no tener alternativas. La falta de respuesta por parte de las administraciones autonómicas y locales se traduce en un abandono que amenaza con borrar una tradición que ha sido pilar del sustento familiar en la región.
El futuro del marisqueo en la Ría de Ferrol pende de un hilo. La intervención urgente de las autoridades es imperativa para revertir una situación que afecta tanto al patrimonio cultural como a la economía local. Mientras las cofradías se preparan para posibles movilizaciones, la sociedad gallega espera respuestas que aseguren la continuidad de esta tradición. La crisis, reflejada en el contundente comunicado de las cofradías, es un llamado de atención para proteger un sector que ha definido durante siglos la identidad del litoral gallego.