- La prohibición de Bruselas afecta no solo al Mediterráneo, sino que genera un efecto dominó sobre la pesca gallega debido al aumento de competencia en otras zonas.
La Comisión Europea ha impuesto una prohibición que afecta gravemente a los pescadores españoles, al vetar la pesca de atún blanco en el Mediterráneo para lo que resta de 2024. Esta decisión, tomada tras constatar que España había excedido su cuota de capturas, prohíbe a la flota española seguir pescando y comercializando este recurso en el Mediterráneo, un caladero tradicionalmente importante para el sector. Aunque la medida fue oficializada el 22 de octubre, el límite de capturas se había agotado ya en junio, lo que implica que cualquier atún blanco pescado desde entonces no podrá ser vendido.
El impacto no se limita a las flotas del Mediterráneo. Las flotas gallegas, aunque centradas en el Atlántico, se ven afectadas de manera indirecta. La imposibilidad de faenar en el Mediterráneo provoca un desplazamiento de la competencia hacia el Atlántico, incrementando la presión sobre especies como la merluza o el atún rojo, cruciales para Galicia. Este incremento de la competencia y las restricciones pesqueras impuestas por la Unión Europea, como el reciente veto a la pesca de fondo en ciertas áreas del Atlántico, agravan una situación ya tensa para los pescadores gallegos.

La Xunta de Galicia ha mostrado su preocupación, ya que considera que las políticas europeas están afectando negativamente la viabilidad de la flota pesquera gallega. Se han sumado a las demandas de los eurodiputados españoles para que Bruselas adopte medidas de compensación económica y revise estas decisiones en base a estudios más actualizados. Los pescadores gallegos ya enfrentaban un futuro incierto debido a recortes en otras cuotas, como la de anchoa en el golfo de Cádiz, y este nuevo veto agrava aún más la situación .
La decisión de Bruselas también coincide con la reciente anulación del acuerdo pesquero con Marruecos, que ha dejado a muchas flotas españolas sin acceso a caladeros fundamentales. Todo esto incrementa la sensación de crisis en el sector pesquero, que pide soluciones urgentes para evitar el colapso de la industria en regiones como Galicia.