- La ría de Muros-Noia se enfrenta a un cierre indefinido del marisqueo debido a altos niveles de biotoxina lipofílica detectados por el Intecmar.
El sector marisquero de la ría de Muros-Noia se enfrenta a un nuevo revés tras apenas cuatro días de actividad. Los muestreos realizados por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) han detectado niveles elevados de biotoxina lipofílica en los moluscos infaunales, obligando a un cierre cautelar inmediato de la campaña. Este parón, cuya duración es incierta, se mantendrá hasta que se obtengan dos resultados negativos consecutivos en los análisis, con un día de intervalo entre cada uno.
La noticia cayó como un jarro de agua fría para los mariscadores de la zona, quienes recibieron la notificación del Intecmar a última hora de la tarde del jueves. La confirmación oficial llegó durante la mañana del viernes, un día en el que tradicionalmente no se faena debido a que las fábricas, los principales compradores, no operan de cara al fin de semana. Aunque el cierre no fue del todo inesperado, no dejó de ser un duro golpe para un sector que depende de estas jornadas de trabajo para sostener su economía.
El inicio de la campaña de marisqueo el pasado lunes 14 ya estuvo en duda. El Intecmar había identificado previamente un episodio de biotoxinas en la costa gallega, lo que generó incertidumbre entre los mariscadores. Sin embargo, las muestras enviadas por la cofradía de Noia el viernes anterior dieron resultados negativos, lo que permitió que la actividad se reanudara temporalmente. Ahora, con la nueva detección de biotoxinas, el panorama se complica una vez más.
La biotoxina lipofílica es una sustancia tóxica que afecta la calidad de los moluscos, impidiendo su consumo seguro. Este tipo de toxina se acumula en los organismos filtradores como mejillones y almejas, lo que representa un riesgo significativo para la salud pública si no se controla adecuadamente. La normativa exige que se detenga la recolección de estos productos hasta que las concentraciones de toxinas vuelvan a niveles seguros.
Los mariscadores de Muros-Noia se enfrentan a una incertidumbre que se suma a las dificultades económicas y climáticas que ya complican su labor diaria. Además, la comunidad local depende en gran medida del marisqueo como motor económico, ya que proporciona empleo y sustento a muchas familias de la región.
El Intecmar, por su parte, continúa con el monitoreo constante de la calidad del agua y los niveles de biotoxinas en la costa gallega. Aunque la situación actual impone restricciones temporales, su objetivo es garantizar que las condiciones para el marisqueo sean óptimas y seguras antes de reanudar las actividades. La reapertura de la campaña solo será posible una vez que los resultados de los análisis sean favorables, lo que permite prever un retorno a la normalidad con la máxima seguridad posible.
En este contexto, la paciencia y la colaboración entre las cofradías y las autoridades serán clave para superar este nuevo obstáculo. La experiencia acumulada por el sector marisquero les ha enseñado a manejar estas crisis con determinación y cautela, aunque la urgencia de una solución estable y sostenible sigue siendo una prioridad para todos los involucrados.