Batalla de almejas en la Ría de Arousa

  • La guerra entre la tradición y la modernidad en las aguas de la Ría de Arousa: ¿quién ganará la batalla de las almejas?

En los pintorescos y serenos paisajes de la Ría de Arousa, donde las olas acarician suavemente la costa y los barcos de pesca se mecen al compás del océano, se está librando una batalla silenciosa que podría determinar el destino del sector marisquero local. Esta lucha, que enfrenta a las almejas autóctonas con la invasora almeja japónica, no solo refleja los desafíos económicos y ambientales del sector, sino que también plantea cuestiones profundas sobre la preservación de la tradición frente a la búsqueda de la modernización en un mundo en constante cambio.

La almeja japónica, introducida en la región en busca de una alternativa más rentable y adaptable, ha ganado terreno rápidamente en el mercado marisquero de la Ría de Arousa. Su capacidad para prosperar en una variedad de condiciones ambientales y su rápido crecimiento la han convertido en una elección tentadora para muchos productores locales, que buscan garantizar su seguridad económica a largo plazo. Sin embargo, esta expansión ha tenido consecuencias devastadoras para las especies autóctonas, como la almeja fina y la babosa, cuya población ha experimentado un marcado declive en los últimos años.

Las cofradías marisqueras del sur de la Ría de Arousa expresan su profunda preocupación ante esta situación. Dicen que como siga la misma tendencia  en unos años no habrá almeja fina ni babosa, sino japónica. Para ellos, estas especies autóctonas no son simplemente recursos económicos, sino también símbolos de la identidad y el patrimonio cultural de la región. El riesgo de perder estas especies no solo amenaza la viabilidad económica de las comunidades locales, sino que también plantea interrogantes sobre la salud y la diversidad del ecosistema marino de la ría.

En respuesta a esta crisis, el conselleiro do Mar ha anunciado planes para diversificar las especies marisqueras y fortalecer la resistencia de las existentes. Promete liberar entre el segundo semestre de este año y el 2025, 104 millones de euros en medidas de apoyo a la sostenibilidad y competitividad del sector marisquero, un plan en el que se prevé reforzar los trabajos de recuperación de áreas marisqueras y la creación de nuevas zonas de trabajo para los profesionales del mar. Sin embargo, estas medidas han generado controversia entre aquellos que temen que la preservación de la tradición y el patrimonio cultural se vean comprometidos en aras del progreso económico.

Los datos no mienten. En el año 2003, la producción de japónica en la orilla sur de la ría rozaba los 370.000 kilos. Veinte años después, y siendo el 2023 un año tan complicado, la producción fue de 1.250.822 kilos, según recogen los informes de Pesca de Galicia.

Y por contra, a comienzos de siglo se vendian unos 370.000 kilos de japónica, que se subastaron a un máximo de 19,96 euros. El año pasado, los 1.250.822 kilos se vendieron por valores que llegaron a los 47,90 euros. En paralelo, la almeja fina se ha hundido (237.947 kilos en 2003; 77.600 en 2023) y la babosa sigue ese camino (60.379 kilos el año pasado, frente a los 394.105 del año 2003).

Este conflicto entre tradición e innovación plantea preguntas difíciles sobre cómo equilibrar la preservación del patrimonio cultural y la búsqueda de la modernización. ¿Es posible encontrar un camino intermedio que honre las tradiciones locales mientras se fomenta el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental? ¿Qué papel deben desempeñar las autoridades locales, los científicos y las comunidades en la protección y gestión de los recursos marinos de la región?

La batalla de las almejas en la Ría de Arousa trasciende los límites del sector marisquero y se convierte en un símbolo de los desafíos más amplios que enfrenta nuestra sociedad moderna. Es un recordatorio de la importancia de encontrar un equilibrio entre la conservación del patrimonio cultural y natural y la búsqueda del progreso económico. Su resolución no solo afectará el destino de las comunidades locales y el ecosistema marino de la región, sino que también enviará un mensaje sobre la importancia de preservar y proteger nuestras tradiciones y recursos naturales para las generaciones futuras, ya que podría tener un impacto duradero en la vida y el paisaje de esta región costera, y su legado resonará mucho más allá de las aguas de la Ría de Arousa.